Todos los 8
de marzo desde hace un siglo se celebra a nivel internacional la lucha de las
mujeres por su participación social en pie de igualdad con los hombres.
Conocido como Día Internacional de la Mujer Trabajadora, surgió de los
movimientos obreros de principios de siglo XX y suele vincularse con la trágica
muerte, en 1911, de 140 empleadas de una fábrica de Nueva York en un incendio
que destapó las condiciones infrahumanas en las que trabajaban. Un siglo más
tarde, es posible enumerar ocho retos que aglutinan las principales
reivindicaciones de las mujeres para el 8 de marzo de 2015 en España: Lograr la
conciliación El Club de las Malas Madres nació hace casi un año formado por
mujeres trabajadoras y madres con la pretensión de echar por tierra el mito de
las superwoman. Ellas acaban de realizar una encuesta entre 4.339 suscriptoras
de su blog para averiguar si consiguen conciliar vida laboral y familiar. En su
estudio concluyen que las mujeres trabajan, ya sea por cuenta ajena o como
autónomas, una media de 7 horas y 36 minutos. Dedican 6 horas y 12 minutos al
cuidado de hijos. Las tareas domésticas que realizan les llevan otras 2 horas y
18 minutos. Por tanto de tiempo libre les queda, descontado el tiempo de sueño,
54 minutos al día. Un reparto del tiempo con el que no están satisfechas, pues
la nota media que le dan no alcanza el aprobado, un 3,9 sobre 10. Entre los
obstáculos que ellas encuentran destacan "la falta de flexibilidad
laboral, los despidos improcedentes, la discriminación femenina o la dificultad
de reinsertarse laboralmente tras la maternidad". Se entiende que solo
tienen obligación de conciliar las mujeres, por eso las medidas tendrían que ir
destinadas a los varones La secretaria ejecutiva de Igualdad de UGT, Almudena
Fontecha, prefiere hablar de corresponsabilidad mejor que de conciliación. El
matiz le sirve para describir que las soluciones no deben circunscribirse al
ámbito de lo privado. "Parece que si se habla de conciliación nos
referimos solo a un problema que resolvemos en privado las mujeres, pero por
este camino no se conseguirá nunca equilibrar las necesidades que tenemos como
sociedad", asegura. María Jesús Vara, coordinadora del Master en Estudios
Interdisciplinares de Género de la Universidad Autónoma De Madrid, coincide.
"Digamos que se entiende que solo tienen obligación de conciliar las
mujeres, por eso las medidas tendrían que ir destinadas también a los varones
con el fin de que la sociedad asumiera que ambos dos tienen que
responsabilizarse y compartir". El 94% de las excedencias por cuidados de
hijos las siguen asumiendo las mujeres, según el Instituto de la Mujer,
mientras los permisos de paternidad no han dejado de bajar desde 2008, de
279.756 a 237.988 (2013). Cerrar la brecha salarial La oficina para España de
la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha hecho público este viernes
su informe sobre la brecha salarial entre hombres y mujeres. En España,
concretamente, la OIT ha comprobado que los hombres cobran en promedio un 17%
más que las mujeres. A este ritmo se tardará 71 años en eliminar la brecha
salarial de hombres y mujeres La OIT ha medido la brecha salarial con una nueva
metodología que distingue entre factores explicables y no explicables. Los
explicables son los que determinan la habilidad del hombre o la mujer en el
mercado laboral (edad, experiencia, educación) y los no explicables, es decir
pura y llanamente la discriminación, según explicó Rosalía Vázquez, una de las
autoras principales del informe. Según la OIT, "en el caso de España,
observamos que si tomamos en consideración los factores objetivos de
capacitación de hombres y mujeres, no tendría que haber una brecha salarial. De
existir alguna brecha ésta debería ser a favor de las mujeres pues cuentan con
algo más de capacitación que los hombres. Es decir, en ese caso las mujeres
tendrían que recibir un salario un 2% mayor que los hombres". La OIT
también ha querido medir la brecha salarial relacionada con la maternidad. Aquí
se contrasta una nueva discriminación. Las mujeres que son madres tienden a
cobrar un 5% menos que las que no lo son. La penalización por la maternidad
aumenta además con el número de hijos. La OIT recomienda "apoyar políticas
dirigidas a revertir esta situación que pasan por promover la asistencia de
guarderías, la baja por maternidad y paternidad, la flexibilidad horaria en el
trabajo, avanzar en el reparto de taras domésticas y reducir la brecha
salarial". Y concluyen que "si la reducción de las desigualdades
salariales entre hombres y mujeres sigue al mismo ritmo se tardarán 71 años aun
en eliminar la brecha". Romper el techo de cristal El techo de cristal es
el nombre que se da a la limitación del ascenso laboral de las mujeres en las
diferentes organizaciones, que limita sus carreras profesionales. Las sucesivas
normativas que surgen para romper ese techo no parecen tener el efecto deseado.
A finales de 2014 una delegación de ONU Mujeres visitó España para analizar la
situación de los derechos de las mujeres. Precisamente sobre el techo de
cristal, la delegación constató que las cuotas de representación en la política
pública, fijadas en un 40%, no se alcanzaban ni en el Gobierno, cuya
representación femenina no sube del 30%. En el ámbito judicial, ONU Mujeres
constató que ellas son el 33% de los cargos medios y bajos, pero ostentan muy
poquitos puestos de responsabilidad. En el Supremo, por ejemplo, tan solo 12 de
las 70 jueces son mujeres, y en los tribunales superiores de justicia, solo 6
de 52. Naciones Unidas dejó como recado a España la advertencia de que
"más mujeres deberían ser ascendidas en base a sus propios méritos si no
existieran barreras basadas en estereotipos". En el ámbito privado, los
últimos datos de la UE (2014) reflejan que ningún país consigue equidad en las
juntas directivas de las empresas grandes, siendo Letonia, Francia, Finlandia,
Suecia y Holanda las únicas naciones con más de un 25% de representatividad de
mujeres en la alta dirección. España está en el 16,2%, por debajo incluso de la
media europea. La OIT dice que en España las mujeres cobran un 17% menos que
los hombres, pero por capacitación deberían de cobrar un 2% más La coordinadora
del Master de Género, María Jesús Vara, considera que las cuotas son útiles
para acelerar el tiempo que la sociedad necesita para que los puestos de mayor
responsabilidad estén ocupados también por mujeres. "Lo que ocurre ahora
mismo es que cuando se piensa en un puesto de responsabilidad se piensa
inmediatamente en un varón. Por eso, son precisos estímulos para que la
sociedad acepte que hombres y mujeres tienen la misma inteligencia y
capacidades si las desarrollan, se forman y se entrenan para ocupar estos
puestos de poder. Cuando se acepte esto y se busque a los más capaces, y se
deje de pensar en los varones, las cuotas no serán necesarias". Eliminar
la precariedad de las trabajadoras El equipo de ONU Mujeres que visitó España
destacó también en su informe provisional (el definitivo saldrá en junio) que
las mujeres españolas tienen una posición "desventajosa" en el
mercado laboral con respecto a los hombres. El dato del paro de febrero de
2015, hecho público esta semana, así lo corrobora: hubo 19.857 parados hombres
menos, por 6.319 mujeres paradas más. En términos absolutos también son ellas
más las paradas, 2.394.173 desempleadas por 2.117.980 desempleados. Naciones
Unidas denunció que las españolas son las europeas que más afectadas están por
el empleo parcial (70%). Y la mayoría (58%) desearía trabajar a tiempo
completo. La estadística dice que el desempleo femenino se ha doblado desde
2008 y que ellas constituyen el 59,9% de las desempleadas de larga duración.
Sin embargo, "las medidas para favorecer el empleo se han centrado en
sectores principalmente masculinos", denuncia la ONU. Las españolas son
las europeas que más afectadas están por el empleo parcial Esta semana también
Cruz Roja presentaba su décimo informe de vulnerabilidad centrado en la
situación de las mujeres a las que atiende. Tres de cada cuatro viven en
hogares de pobreza extrema, es decir con ingresos inferiores a 450 euros. Cruz
Roja destaca el fuerte impacto de la crisis en las mujeres, que hace que
incluso las que tienen trabajo la sufran con mayor intensidad que los hombres
por la baja calidad de su empleo. En las estadísticas del servicio estatal de
empleo se encuentra otro dato que corrobora la peor calidad de los contratos
que se hacen hoy en día a las mujeres. Así, mientras casi tres de cada cuatro
nuevos contratos firmados en enero por los hombres eran a jornada completa
(72,6%), solo la mitad de los firmados por mujeres lo fueron (51,7%). Poner en
valor la economía de los cuidados La profesora María Jesús Vara explica que en
las sociedades más tradicionales se responsabiliza a las familias del cuidado
de los llamados dependientes, niños, ancianos y enfermos. Por contra, en las
sociedades con un estado de bienestar más desarrollado está incorporado en el
ideario colectivo que este cuidado compete a la sociedad. España es en este
sentido es una sociedad tradicional. "En España el estado del bienestar
empezó con retraso y de forma muy débil. Fue un avance la ley de la dependencia
de 2007 que, aunque tenía un problema con la financiación, iba en ese camino.
Pero inmediatamente llegó la crisis y con los recortes se frustró el inicio de
responsabilizar a la sociedad del cuidado de los dependientes. Se ha quedado
bloqueado y cortado. Por eso la familia ha tenido que seguir asumiendo ese
cuidado. Y cuando decimos la familia, decimos, claro, las mujeres",
asegura la profesora. La estadística oficial del Instituto de la Mujer recoge
el número de hombres y mujeres que cada año piden una excedencia para el
cuidado de familiares. Este porcentaje ha crecido entre las mujeres entre 2005
y 2008 un punto porcentual. Si antes eran el 84% hora son el 85%. En términos
absolutos, en 2013 (último año disponible), 5.703 mujeres solicitaron una
licencia para cuidar de dependientes (ancianos o enfermos), por 989 hombres. La
diferencia es mayor cuando la excedencia es para el cuidado de hijos. Ese mismo
año fueron 26.497 mujeres las que lo pidieron por 1.541 hombres. Erradicar la
violencia machista El maltrato a las mujeres es uno de los más graves problemas
sociales en España. Los datos del Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales e
Igualdad revelan que en 2013 hubo casi 125.000 denuncias de mujeres a sus
parejas o exparejas. En 2014, hasta septiembre (que es el último dato
disponible), iban 95.000. Cada año más de 50 mujeres mueren asesinadas a manos
de sus parejas (53, el año pasado). La ley contra la violencia hacia las
mujeres cumplía diez años a finales de 2014. Con ese motivo, y siendo una de
las legislaciones más celebradas por pionera en el mundo, desde numerosas
esferas se realizó una revisión crítica de la misma. El propio Gobierno ha
realizado sus enmiendas y actualizado proyectos de ley para garantizar que los
hijos de las maltratadas puedan ser considerados víctimas de la violencia
machista, pero todavía desde muchos sectores se reclama más capacidad de
responder a las necesidades que plantean las maltratadas. Desde muchos sectores
se reclama más capacidad de responder a las necesidades que plantean las
maltratadas En su informe provisional sobre la situación de esta lacra en
España, Naciones Unidas considera insuficientes las órdenes de protección que
se otorgan a las mujeres, para lo que el Gobierno anunció hace un año un nuevo
protocolo, que todavía no se ha implementado. El Consejo General del Poder
Judicial también publicó sus propuestas encaminadas a que las víctimas no
tuvieran que seguir viviendo con sus agresores. Entre otras destacaba una mayor
asesoría a las denunciantes, mejoras en el protocolo de medición del riesgo,
reducir los atenuantes como la confesión de los hechos. Desde otros sectores
exigen además más esfuerzos en la atención de las mujeres que denuncian. En
estos diez años hay consenso en que la visibilización del problema está
conseguida, las fórmulas para atajarlo todavía parecen insuficientes. Denunciar
el acoso callejero "Iba en un autobús y un hombre (que estaba de pie) se
sintió con el derecho de frotar su entrepierna con mi pierna... todo el
trayecto. Me paralicé... no supe qué hacer... cómo actuar... y me sentí
fatal... cuando él era el que se debería de haber sentido mal..". El
testimonio anterior es el de una mujer que firma como Ana en la página web de
sinacoso.org, una de las numerosas iniciativas que están surgiendo en Internet
para visibilizar y denunciar el acoso hacia las mujeres en los espacios
públicos. En Madrid, otro grupo de chicas hizo este verano pasado una campaña
para denunciar las miradas, los piropos y los tocamientos que sufren las
mujeres en el centro de la ciudad, bajo el nombre "No me llamo nena".
El fenómeno parece ser universal, pues en Reino Unido surgió una iniciativa de
denuncia llamada Everyday Sexism, que también abrió sucursal en España y en EE
UU fue viral el vídeo que una ONG grabó con el paseo de una actriz por las
calles de Nueva York. Las mujeres denunciarán el 8 de marzo que ellas no salen
a las calles vestidas para que los hombres desconocidos comenten sus físicos,
ni se sientan con derecho a frotarse, como le ocurrió a la mujer que denunció
en sinacoso.org. A finales de año, incluso la presidenta del Observatorio
contra la Violencia del CGPJ, Ángeles Carmona, calificaba los piropos
callejeros de "auténtica invasión a la intimidad". Desmontar los estereotipos
sexistas Las mujeres españolas siguen experimentando a día de hoy situaciones
"injustas" en cuanto a la equidad de género. Así lo explica el último
estudio monográfico presentado por el centro Reina Sofía sobre Adolescencia y
Juventud de la FAD, Jóvenes y Género. En él la FAD pone el foco en estadísticas
de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género que dicen, por
ejemplo, que el 33% de los chicos está algo (21,7%), bastante (6,3%) o muy (5%)
de acuerdo con que "está bien" que ellos salgan con muchas chicas,
pero no al revés. La suma de estos tres porcentajes en chicas es el 8,9%. La
sociedad hace que muchas mujeres dediquen su capacidad, tiempo y dinero a
potenciar su imagen física En palabras de la profesora María Jesús Vara, esta sociedad
de la imagen está reforzando precisamente los estereotipos sexistas "que
conducen a unas relaciones humanas deterioradas". Ella pone el dardo en la
moda y los contenidos editoriales y audiovisuales presumiblemente femeninos
"que hacen que muchas mujeres dediquen su capacidad, buena parte de su
tiempo y de su dinero a potenciar su imagen física, que lo que está haciendo es
quitando unas energías y capacidades para desarrollar otras facetas". La
conclusión final del informe de Naciones Unidas sobre la situación de las
mujeres en España es contundente: "Los esfuerzos de España para integrar a
las mujeres en la vida pública, política y económica, así como para erradicar
la violencia machista son inquebrantables. Sin embargo, el enraizamiento de una
cultura machista y las actitudes patriarcales siguen recluyendo a las mujeres
en roles tradicionalmente domésticos que allanan el camino a la violencia y no
son apropiadamente diagnosticados y resueltos. Además falta voluntad política
para asegurar la equidad de género a nivel educativo, informativo, de servicios
sociales o la justicia, necesarios para una sociedad más igualitaria".