A las mujeres, en el mundo, se nos mata por ser mujeres y mientras la sociedad no asuma ese principio básico, mientras los medios de comunicación no lo digan ante cada acto de violencia en lugar de preguntar a la vecina de turno, mientras la sociedad no condene cualquier violencia con rotundidad (desde un chiste machista a un articulista que se atreve a decir refiriéndose a los malos tratos que «sarna con gusto no pica»), hasta que este Gobierno y los que fueron y los que serán no titubeen en sus mensajes, la mayor muestra de la desigualdad entre las mujeres y hombres, la que desemboca en el asesinato de una mujer a manos de un hombre no podrá sorprendernos: será nuestra responsabilidad.
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