miércoles, 23 de agosto de 2017

SERVICIO DE ASESORAMIENTO

Resulta fundamental comprender cuál es la naturaleza de la relación entre las instituciones económicas, las mujeres y el universo simbólico que envuelve al género. Estas relaciones benefician o perjudican la evolución de las profesiones que tradicionalmente han ocupado las mujeres, ya que este universo simbólico se ha establecido en torno al ámbito doméstico.

Los problemas que plantea el hecho de la invisibilidad de las mujeres así como la invisibilidad de su aporte a la economía, repercute directamente en una profesión, que fundamentalmente ha estado ligada a lo largo de la historia a las mujeres .
Cuando hablamos de cuidados, hablamos de precariedad. Como lo expresa el Plan Municipal de Apoyo a las personas cuidadoras, habrá que prestar especial atención a los efectos de la crisis en el trabajo doméstico, en las tareas de cuidado y en los servicios empleados para la conciliación. En caso de problemas económicos, las familias suelen renunciar a pagar servicios profesionales para que sean asumidos, en todavía mayor medida, por las mujeres que las componen.

Por ello vemos indispensable seguir con un asesoramiento integral, que respalde a las mujeres, cuando el día a día se hace insoportable, cuando el cuidado debe ser elegido y no impuesto, cuando las situaciones de vulnerabilidad social y laboral nos obliga a asumir cuidados en forma de explotación social y laboral.
El cuidado centrado en las personas tiene que ir acompañado de una dignidad, de una autonomía y de una independencia, tanto para las personas que cuidamos como para las personas cuidadoras.
La comunicación es esencial para tratar con personas dependientes, y ello implica una adecuada formación, porque nadie nace sabiendo.
No podemos confundir el día a día en nuestros hogares, con el cuidado que debemos ejercer hacia nuestros dependientes. Por ello no podemos confundir las tareas domésticas y de cuidado informal, con las tareas de cuidado profesional, unas tareas que inciden muy directamente en la salud mental y física de todas las personas integrantes.
No podemos utilizar la mano de obra barata para atender a nuestros seres queridos. La mano de obra tiene que servir para coordinar y compartir los cuidados que brindamos, no para desentendernos de ellos por ser una carga añadida o para desarrollarnos en otra actividad o profesión.

Por ello la contratación masiva de mujeres para las tareas de cuidado en nuestros hogares debe efectuarse en condiciones dignas, que permitan a las dos partes su dignidad, autonomía e independencia, unida a la conciliación de nuestra vida laboral con la personal y familiar.

Nuestro asesoramiento va dirigido tanto a los empleadores como a las personas que se contratan:

.- En la contratación a nivel legal y de sensibilización para igualar oportunidades.
.- En la conciliación de la vida familiar con la laboral, transfiriendo buenas prácticas para la equidad.
.- En las ayudas económicas a las que pueden optar
.- En las ayudas sociales a las que pueden acudir
.- En las políticas de servicio (información de recursos socio-sanitarios)
.- En las adaptaciones de su puesto de trabajo para conciliar (reducciones, excedencias, flexibilidad de horarios, etc)
.- En las políticas de buenas prácticas y trabajo profesional .

El diseño de medidas que permitan conciliar el trabajo y las cargas familiares, combatir las desigualdades salariales y jerárquicas o difundir la importancia de la corresponsabilidad en las tareas tradicionalmente femeninas, supone no sólo comenzar a invertir ciertas costumbres arraigadas en la sociedad, sino también generar un cambio de mentalidad respecto al concepto mismo de igualdad de oportunidades, entendido como un derecho de las mujeres y un deber de la sociedad en su conjunto, y no como una demanda aislada
de unas pocas personas.








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